Desde España: Cruda realidad / Piden que la ley de violencia de género se aplique (más o menos) a los homosexuales

Ya traté hace semanas este tema, al comentar el caso de Ángel Garó, el cómico (?) condenado por malos tratos al hombre con el que convivía en relación sentimental. Pero el asunto vuelve, y lo hace con unas derivadas muy interesantes, y muy de nuestra época.

El grupo LGTBI español COLEGAS ha dado una rueda de prensa para contar que ha detectado quince casos de violencia doméstica en parejas homosexuales y pedir medidas legislativas que equiparen estos casos con los recogidos en las leyes de violencia de género.

Sin ánimo de agotar el asunto, permítanme un rápido repaso por todo lo que tiene de estúpido esta noticia, y de disparatada la cultura que la produce.

Es curioso que sean capaces de ver lo que todo el mundo y lleguen a cualquier conclusión salvo la evidente, salvo la que se le ocurre al que asó la manteca. A ver: si lo que sucede (muy minoritariamente, pero lo bastante como para constituir un patrón) entre parejas heterosexuales se produce también entre parejas homosexuales, ¿no será, no sé, que sea más bien un problema que tiene que ver con la intimidad sexual y la convivencia, y con la responsabilidad de personas concretas, más que con el sexo?

Ahí lo dejo.

“Se hace lo que sea, se recurre a los argumentos más antiintuitivos y rocambolescos para evitar aplicar la navaja de Ockham y optar por la explicación más sencilla”

Eso, ya digo, es lo que se ha sabido siempre, lo que antes se llamaba ‘crímenes pasionales’ y, luego, violencia doméstica, como sigue llamándose en muchas partes. Pero hemos decretado que la humanidad entera antes de la llegada de esta última y luminosa generación era imbécil y -por decirlo con el preciso epíteto utilizado por Ada Colau para referirse al Almirante Cervera- ‘facha’.

El problema siempre de la ideología es que, una vez impuesta, hay demasiados intereses en juego para cuestionarla, de modo que si la realidad la contradice, tanto peor para la realidad. Se hace lo que sea, se recurre a los argumentos más antiintuitivos y rocambolescos para evitar aplicar la navaja de Ockham y optar por la explicación más sencilla, a saber, que dos personas que viven en estrecha proximidad compartiendo muchas de las cosas esenciales de la vida van a tener muchos más roces y, por tanto, motivos de violencia, que dos extraños.

De cualquier sexo.

“Esa ideología dictamina que si Manolo le ha zurrado a Lola, no es porque Manolo sea un mierda acomplejado sin control alguno sobre sus impulsos, sino porque es el Varón, igual que Lola es la Mujer. No es nada personal, es solo el Patriarcado”

Pero no. Los colegas de COLEGAS prefieren que se les paren los pulsos antes de ir contra una ideología insensata que, para su bien o su mal, es parte del mismo ‘pack’ de la modernidad que les permite a ellos mismos cosechar subvenciones e intimidar a sus oponentes. Por eso, en vez de buscar soluciones dentro de la comunidad o incluso denunciar todo el tenderete como un absurdo basado en un mito ideológico insostenible, piden que se hagan leyes iguales a las que ya han fracasado aplicadas a su ‘colectivo’.

Porque el hombre moderno, que ha dejado de creer en Dios, ha pasado a creer que el Estado es Dios o, al menos, un dios, y que no hay problema social ni casi personal que no puedan solucionar unas cuantas resmas más de legislación. Porque, supongo, aprender de la experiencia está sobrevalorado.

Por lo demás, es inútil. Agredir a quien sea, por cualquier motivo salvo defensa propia, es un delito, con lo que si se ha hecho una ley especial para la, ejem, ‘violencia de género’ es porque se quiere imponer una ideología por ley, con el problema como mera excusa. Y esa ideología dictamina que si Manolo le ha zurrado a Lola, no es porque Manolo sea un mierda acomplejado sin control alguno sobre sus impulsos, sino porque es el Varón, igual que Lola es la Mujer. No es nada personal, es solo el Patriarcado.

Esto se ha traducido en una ley que, por cargarse, se ha cargado dos pilares básicos de nuestro ordenamiento jurídico: el principio de igualdad ante la ley y la presunción de inocencia. No está mal para una sola ley.

Y ahí está la cosa. La ‘gracia’ de la ley que invoca COLEGAS es que el hombre es siempre culpable y la mujer, inocente. Con lo que no es aplicable a las parejas homosexuales. Si un homosexual llama a la policía para denunciar maltrato de este tipo, la policía se llevará detenido al acusado o, si lo ve dudoso, a los dos. En el caso de una pareja heterosexual, en cambio, es más fácil: siempre se llevan al varón, aunque lleve los dientes en la mano.

Todo lo cual me lleva a una conclusión a la que no llego precisamente ahora, pero que todo lo que leo me confirma: los grupos que defienden a los diversos ‘colectivos’ de víctimas autodesignadas no están en el negocio de resolver problemas, sino de afianzar un sistema del que viven tan ricamente.

 

Fuente: https://www.actuall.com/criterio/familia/cruda-realidad-piden-que-la-ley-de-violencia-de-genero-se-aplique-mas-o-menos-a-los-homosexuales/

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