Indicadores de salud en la comunidad transgénero

No obstante, los estudios disponibles, aun siendo limitados, señalan con rotundidad que las personas transgénero presentan un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental. Al parecer, las frecuencias de trastornos concurrentes por abuso de sustancias, ansiedad, depresión y suicidio tienden a ser superiores en estas personas que en el colectivo LGB.

En 2015 el profesor de pediatría y epidemiólogo de Harvard, Sari Reisner y colegas llevaron a cabo un estudio de cohortes retrospectivos y emparejado sobre indicadores de salud mental en 180 personas transgénero con entre 12 y los 29 años de edad (106 de mujer a hombre y 74 de hombre a mujer), con pares de control no transgénero en función de la identidad de género.[63] Los jóvenes transgénero presentaban un mayor riesgo de depresión (50,6% frente al 20,6%)[64] y ansiedad (26,7% frente al 10,0%).[65][66] intentos de suicidio (17,2% frente al 6,1%)[67] y autolesiones sin intención de morir (16,7% frente al 4,4%)[68] en comparación con personas de los grupos control. Una proporción notablemente superior de jóvenes transgénero había estado hospitalizada en centros de salud mental (22,8% frente al 11,1%)[69] y había acudido a servicios de asistencia mental ambulatoria (45,6% frente al 16,1%).[70] No se observaron diferencias estadísticamente significativas en las condiciones de salud mental entre las personas transgénero de mujer a hombre y los de hombre a mujer tras ajustar por edad, el grupo étnico y el uso de hormonas.

Este estudio tenía la virtud de incluir a individuos que se habían personado en una clínica de salud comunitaria, y que, por tanto, no eran candidatos que solo reunieran los requisitos de diagnóstico para “Trastorno de identidad de género” según la cuarta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-IV) de la American Psychiatric Association o que hubieran sido seleccionados entre una población de pacientes que acudían a una clínica para el tratamiento de problemas de “identidad de género.” No obstante, Reisner y colegas indican que su estudio presenta las típicas limitaciones habituales en el diseño de estudios retrospectivos y de revisión de historias clínicas, como documentación incompleta o disparidad en la calidad de la información recabada por los profesionales sanitarios.

Un informe de la American Foundation for Suicide Prevention y el Williams Institute (un centro de estudios sobre cuestiones LGBT de la Facultad de Derecho de UCLA) resumía los hallazgos sobre intentos de suicidio en adultos transgénero y con disconformidad de género a partir de una amplia muestra de más de 6.000 individuos.[71] Este es el mayor estudio hasta la fecha en adultos transgénero y con disconformidad de género, si bien utilizaba una muestra de conveniencia en lugar de una muestra poblacional (las grandes muestras poblacionales son casi imposibles, costosos, dada la baja prevalencia global de individuos transgénero en la población general). Como resumen de sus principales hallazgos, los autores escribían:

La prevalencia de intentos de suicidio entre los participantes del National Transgender Discrimination Survey (NTDS), llevado a cabo por la National Gay and Lesbian Task Force y el National Center for Transgender Equality, es de un 41%, cifra que supera ampliamente el 4,6% de la población total estadounidense que declara intentos de suicidio a lo largo de su vida y también superior al 10–20% observado en adultos gay, lesbianas y bisexuales que indican haberlo intentando alguna vez.[72]

Los autores observan que los “participantes que indicaban haber recibido una asistencia sanitaria relacionada con su transición de “identidad sexual” o que deseaban recibir dicha transición en algún momento tenían mayor probabilidad de declarar intentos de suicidio que los que afirmaban no quererla.” No obstante, “el estudio no facilita una información sobre el momento en que se había producido el intento de suicidio declarado respecto a la recepción de esa asistencia sanitaria, lo que impedía estudiar las hipótesis sobre la transición de identidad sexual en este tipo de comportamientos.”[73] Los datos del estudio señalaban una relación entre intento de suicidio, trastornos concurrentes de salud mental y experiencias de discriminación o maltrato, aunque los autores señalan la existencia de ciertas limitaciones en esos indicadores: “Los datos del estudio no nos permiten establecer una relación causal directa entre ser víctima de rechazo, discriminación, abusos o violencia y los intentos de suicidio a lo largo de la vida.” No obstante, sí que hallaron pruebas de que los factores de estrés interactuaban con los de salud mental “produciendo una marcada vulnerabilidad frente a conductas suicidas en los individuos transgénero o con disconformidad de género.”[74]

En un estudio de 2001 de Kristen Clements-Nolle y colegas, a partir de 392 sujetos transgénero “de hombre a mujer” y 123 “de mujer a hombre” se pudo observar que el 62% de las personas transgénero “hombre a mujer” y el 55% con el tipo “mujer a hombre” sufrían una depresión en el momento del estudio, y el 32% de cada población había intentado suicidarse.[75] Los autores indicaban que “la prevalencia de intentos de suicidio entre personas transgénero ‘de hombre a mujer’ y ‘de mujer a hombre’ en nuestro estudio era mucho mayor que la detectada en las muestras probabilísticas de los hogares de Estados Unidos y en la muestra poblacional de hombres adultos que declaraban tener una pareja del mismo sexo.”[76] 

 

Fuente: http://www.sexualidadparalavida.com/principal/sexologia/perspectivas-en-sexualidad/36/indicadores-de-salud-en-la-comunidad-transgenero

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