La dieta feminista, por Henry Boys Loeb

Como si fuera una dieta, ser feminista se ha convertido en moda. Con una receta ideológica que tiene como punto de partida una supuesta lucha de clases entre el hombre y la mujer, el feminismo promete resultados maravillosos en cinco sencillos pasos. ¿Quiere conocerlos?

Primer paso: anulación total de la femineidad. Es imperativo derribar los rasgos femeninos, puesto que son imposiciones culturales que restringen a la mujer. Raparse la cabeza y vestirse con un estilo andrógino es el inicio de la liberación. Para igualar la función social de los hombres, primero debe emular su estética.

Segundo paso: anulación de la maternidad. Cargar con un niño durante nueve meses es un rol impuesto por la sociedad, no un proceso natural. Su cuerpo es suyo y el cuerpo del ‘invasor’ también lo es: disponga de su propiedad como mejor le plazca. La soledad en la vejez se soluciona con gatos.

Tercer paso: anulación del vínculo conyugal. El matrimonio es la principal herramienta de subyugación femenina, relega a la mujer a la cocina. Hombre y mujer son enemigos de clase. Que sus órganos reproductivos se complementen es mera coincidencia, la historia evolutiva no tiene nada que enseñar. Y si no le gustan los gatos, puede escoger entre un perro o un canario.

“‘Ni una menos’, esa es la consigna. Pero de la violencia ejercida por mujeres en contra de hombres, sacerdotes o fieles cristianos, de esa no se preocupe. Todos ellos perpetúan el patriarcado y bien merecido se lo tienen”

Cuarto paso: anulación de los privilegios. ¡Despídase de las flores! Todo acto de caballerosidad debe ser categóricamente condenado, puesto que encierra un ‘micromachismo’. Tolere sólo cupos extraordinarios en el congreso o en puestos gerenciales y exija que los hombres valoren su intelecto cuando luzca un escote pronunciado.

Quinto paso: anulación de la violencia. ‘Ni una menos’, esa es la consigna. Pero de la violencia ejercida por mujeres en contra de hombres, sacerdotes o fieles cristianos, de esa no se preocupe. Todos ellos perpetúan el patriarcado y bien merecido se lo tienen. “La única Iglesia que ilumina es la que arde” o “machete al machote” son útiles consignas complementarias.

* Por Henry Boys Loeb.

 

Fuente: https://www.actuall.com/criterio/familia/la-dieta-feminista/

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