La familia es la clave para fortalecer la niñez y la adolescencia

La niñez y adolescencia son las etapas más cortas, pero a la vez las más importantes que vivimos todos los seres humanos. En ellas, la familia es nuestro centro de fortalecimiento en todas las áreas, y es la que traza esas líneas de protección que todos debemos conocer y aprender. Son en estas etapas que desarrollamos confianza en nuestros progenitores y aprendemos a participarles, con una libertad natural, el sin fin de variopintas experiencias que conformarán la «mochila de vida» que todos llevamos en el ser por siempre.

Como padres debemos ser responsables y observar a nuestros hijos, entregándoles de manera especial un espacio a cada uno de ellos. Es prioritario entablar diálogo y tocar temas trascendentales como la sexualidad, dando así un ambiente de apertura y confianza que permitirá que, ante cualquier duda, el niño o púber se motive a buscar información de primera mano, porque ya hubo buenas experiencias donde él o ella se sintieron atendidos por los seres que más aman.

Estas conversaciones son las que enriquecen a la familia, dando soporte emocional a nuestros hijos, construyendo en ellos una autoestima adecuada, otorgándoles la valentía necesaria para denunciar alguna situación de riesgo que puedan estar atravesando.

Ha sido, es y será responsabilidad de los padres, proveer de herramientas a sus hijos para enfrentar situaciones donde su sexualidad pueda ver vulnerada, y que ellos puedan encontrar en sus padres el respaldo que necesiten para vencer el cúmulo de temores que puedan surgir, porque la sexualidad tiene un sentido trascendente.

En días pasados, hemos recibido la visita de Fundación Ámalos, una entidad colombiana que viene otorgando por toda Latinoamérica, un programa de entrenamiento para padres y maestros acerca de la sexualidad y como hablar de ella con nuestros hijos, realmente muy recomendable.

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