Una antigua clínica de Planned Parenthood que se encontraba en Ypsilanti, Michigan, ha pasado a ser un centro que ofrece servicios a mujeres embarazadas llamado Family Life Services (Servicios de Vida Familiar).
Su directora ejecutiva, Karalee Robison, todavía se siente emocionada por todos las cosas que llevaron a ese momento. “Es realmente lindo ver cómo Dios estuvo guiando esta historia durante años y años”, afirma.
Robison: “He escuchado a muchos decir: ‘Pasaba por el edificio todos los días y rezaba para pedir su cierre’”
Todo comenzó un día de otoño en 2014, cuando Robison recibió una llamada de un antiguo empleado informándole sobre un acontecimiento interesante: un cartel de “cerrado” colgaba en el local donde se encontraba Planned Parenthood.
Ella había estado durante años rezando para que eso ocurriese. También lo hacían muchos vecinos de la zona, según ha informado LifeNews. “He escuchado a muchos decir: ‘Pasaba por el edificio todos los días y rezaba para pedir su cierre’”, cuenta Robison.
“Hubo incluso una historia concreta de un pastor local y de un par de personas que iban a orar fuera de Planned Parenthood. Varias veces rezaron para que colgase un letrero en la puerta en el pusiese que estaba permanentemente cerrado”, relata. El amigo de la directora de Family Life Services pensó que el centro de apoyo al embarazo podría estar buscando una nueva ubicación y vio este lugar como la oportunidad perfecta.
Por emocionantes que fueran las noticias, el momento no parecía ser el adecuado. “No podíamos pagar esa cantidad”, dijo Robison. El antiguo empleado dijo que entendía la situación, pero antes de irse del local, puso un letrero en la puerta que dirigía a las mujeres a los Servicios de Vida Familiar.
La situación mejora, nuevas esperanzas
Un año y medio después, la situación en Family Life Services cambió. El centro había pasado de atender de 800 personas por año a 1.200. Debido a que el centro compartía edificio con una oficina pediátrica, estaban saturados de trabajo.
“A medida que se divulgaba de boca en boca nuestra labor, nos aumentaban los clientes”, recuerda. Además, las consultas se habían incrementado y la empresa había introducido una máquina de ultrasonido para mejorar sus servicios. “La caridad de quienes nos donan estos materiales se ha expandido exponencialmente en los últimos dos años”, destacó Robison.
A medida que su clientela crecía, el espacio de trabajo cada vez era menor. En la sala de ultrasonido, la enfermera, el ecografista y el padre del bebé se chocaban. Solo había dos salas de asesoramiento, y a menudo se tenían que realizar consultas en la sala de espera.
El centro había incorporado material nuevo, lo que era fascinante, pero seguía lidiando con el problema del espacio: no había sitio para albergar reuniones o eventos grupales dentro de la empresa.
En el invierno de 2016 Robison comenzó a buscar una nueva ubicación, lo que le condujo nuevamente al antiguo edificio de Planned Parenthood, con la esperanza de que todavía estuviese en venta. Lamentablemente, no fue así. Un letrero indicaba que ya estaba vendido.
Robison se sintió apenada. Pensaba que aquel lugar era el perfecto y el que tanto su corazón y mente como Dios hubiesen querido para trasladar los Servicios de Vida Familiar.
Un punto de inflexión
Robison y su equipo continuaron con la búsqueda. Entonces, una tarde de la primavera pasada, recibió un mensaje de texto de un amigo.
Él le decía: “Oye, ¿viste que Planned Parenthood está otra vez en el mercado? El edificio está activo de nuevo”. Al recibir la noticia de que estaba nuevamente a la venta, Robison contactó con su gestor y se pusieron manos a la obra. Por extraño que pareciera, el espacio era perfecto.
La oferta de Robison para comprar el edificio de la antigua Planned Parenthood fue aceptada un Viernes Santo
A diferencia de la ubicación actual, el nuevo edificio era de una sola planta. Sus salas ya estaban configuradas para ser salas de examen. Tenía un ala y una entrada separadas que podían usarse para donaciones de bienes materiales. Robison y la junta directiva se movieron rápido e hicieron una oferta al propietario, la cual fue aceptada el Viernes Santo de 2017.
Robison, que tenía planeado estar fuera de la ciudad con motivo de la Conferencia Internacional Heartbeat la semana siguiente, necesitó ayuda mientras estaba viaje. Contó con el apoyo y ayuda de Carl Combs, un jubilado que se ofreció a ofrecer su tiempo como voluntario en el centro.
Durante los meses posteriores Combs se ofreció como gerente del proyecto de mudanza, coordinando inspecciones y supervisando la renovación del sitio. “Ha hecho todo completamente como voluntario, es increíble”, señaló Robison.
“Hemos tenido una respuesta abrumadoramente positiva por parte de nuestros pacientes”, espetó Robison. A lar que contó que muchas personas llamaban a la empresa para preguntar sobre la mudanza.
Antes de comenzar la reconstrucción, la dirección del centro invitó a un sacerdote para que realizara un exorcismo. Aunque los abortos no se realizaron en el mismo lugar, esta instalación de Planned Parenthood contribuía en las matanzas de niños no nacidos enviando a las mujeres embarazadas al abortorio ubicado en Ann Arbor.
El día en que se exorcizó el sitio, el edificio se encontraba lleno. Fue un punto de inflexión para aquel lugar. Desde ese día un lugar en el cual se contribuía a asesinar a niños por nacer, había pasado a ser un centro de apoyo a la familia y a las mujeres embarazadas.

Objetivos:
• Canalizar la voz de la ciudadanía ante autoridades públicas e instancias de la sociedad civil para hacer presentes sus derechos y promover sus deberes.
• Promoción, divulgación y defensa de los valores, derechos y deberes de la familia y de la vida humana.