La campeona japonesa de patinaje artístico Miki Ando no está participando en los Juegos Olímpicos que se están celebrando en PyeongChang (Corea del Sur), pero ha tenido muchas razones para animarse.
Su novio, Javier Fernández, ganó la medalla de bronce en la modalidad de patinaje artístico masculino, convirtiéndose en el primer hombre de España en ganar una medalla en ese deporte durante unos Juegos Olímpicos.
Descrita como “increíblemente talentosa”, Miki Ando tuvo sus propios momentos olímpicos en Turín en 2006 y Vancouver en 2010, donde casi alcanzó el podio al conseguir el quinto lugar. Se ha alzado con el título de campeona nacional tres veces y en dos ocasiones con el mundial. Pero pocos saben por qué es realmente valiente.

A finales de 2012, cuando tenía 25 años surgió algo inesperado en la vida de la campeona de patinaje artístico de 25 años. Miki había estado patinando y compitiendo con éxito durante meses, sin darse cuenta de que un bebé crecía en su vientre. Cuando descubrió la noticia llevaba embarazada cinco meses.
La japonesa estaba preparándose para los Juegos de 2014 en ese momento, según ha informado LiveActionNews. Una vez que se hizo público que iba a tener un bebé, fue ridiculizada en público.
Elegir la vida del bebé
A pesar de las críticas, la profesional del patinaje optó por la vida de su hija. “El patinaje es algo indispensable que me ha llevado a donde estoy, pero odiaba tomar la decisión de decir adiós a mi hija”, explica. Y añade: “Elegí la vida del bebé por encima del patinaje. Fue una decisión que tomé naturalmente como mujer”.
Parece que el hombre que acaba de ganar una medalla de bronce olímpica 2018 también merece una medalla por una paternidad ejemplar
Miki Ando ahora parece ser más popular que nunca. Es un personaje público en televisión y entrenadora. También, continúa ejercitándose en eventos profesionales de patinaje artístico.
La fuerza de Javier “cambió mi vida”
Miki agradece la llegada del español Javier Fernández a su vida ya que le ha ayudado a tomar muchas decisiones después del nacimiento de su hija. Parece que el hombre que acaba de ganar una medalla de bronce olímpica 2018 también merece una medalla por una paternidad ejemplar, puesto que está cuidando a la pequeña con mucho amor.
Estar clasificada en los Juegos Olímpicos es una hazaña que pocas mujeres logran en el patinaje artístico, y Miki ya había competido en dos
Miki volvió a patinar después del nacimiento de su hija, pero se retiró del patinaje competitivo antes de los Juegos Olímpicos de 2014. Nadie sabe si hubiera podido competir si hubiera abortado a Himawari en lugar de dar a luz.
Estar clasificada en los Juegos Olímpicos es una hazaña que pocas mujeres logran en el patinaje artístico y Miki ya había competido en dos, antes de quedarse embarazada.
A pesar de todo, esta patinadora olímpica es un poderoso ejemplo que demuestra que triunfar y tener hijos no son cosas opuestas. Miki Ando se ha convertido en una exitosa figura de los medios japoneses, entrenadora y patinadora artística profesional. Ella no necesitaba una medalla olímpica, sin embargo sí que necesitaba a su hija.

Miki sabe lo que le merece la pena: “Aunque es agotador dividir mi tiempo entre el entrenamiento y la maternidad, ver la cara de mi hija me hace querer hacerlo lo mejor posible”.
“El patinaje es realmente importante para mí, pero empecé a pensar que, después de dejar de patinar, todavía me quedaría vida … Creo que el destino quería que tuviese un bebé”, afirma.
Miki Ando es una olímpica que demuestra que vale la pena elegir la vida de los niños. Y espeta que “a veces el éxito que nunca imaginamos para nosotros es el éxito que realmente necesitamos”. Los niños nunca son una barrera para las cosas que más importan en la vida. La pequeña Himawari y su valiente madre, Miki Ando, lo ratifican.

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