Testimonio provida de Claudia

Claudia nos ha enviado su valiente testimonio de ‪#‎Vida‬. Violada por su primo hermano hace hoy 18 años se quedó embarazada y dio a luz una niña. Con sus propias palabras: ‘De un ‪#‎aborto‬ no se puede volver, no lo puedes superar tampoco. Yo acepté mi realidad y ver a mi ‪#‎hija‬ que es sólo mía y opté por la decisión valiente de tenerla a pesar de todo el dolor. No castiguen a esos bebés que no tienen la culpa’.
Ésta es su historia.

«Yo vivía con mis papás. La hermana de mi papá se mudó a vivir a casi 4 cuadras de mi casa con toda su familia.

Aún recuerdo el día, fue el 6 de agosto. Era el cumpleaños de mis primos mellizos. Yo estaba tan cerca de mi prima que era normal verme en su casa y salir juntas. Ese día era su cumpleaños y ella llamó a mi casa y le pidió permiso a mis papás para que fuera, porque para esto ellos eran muy protectores y no salía sola a ningún lugar sin que ellos lo supieran o, si había alguien más en la casa, sólo podían ser mis primos varones. Así que mi prima me llamó, pidió permiso a mi mamá y me enviaron a su casa junto a la nana que tenía.

Cuando llegué me abrió la puerta su hermano mellizo y me dijo que su mamá y su hermana estaban dentro y entré en su casa. En el momento de cerrar la puerta él me dijo que me había metido en la boca del lobo y bueno, entramos, no había nadie y abuso de mí. Sólo atiné a decirle que no me hiciera ningún daño. Sin pensar que me dejaría embarazada. Después de eso, me quedé dormida en el cuarto de mi prima, su hermana y nos quedamos durmiendo hasta la hora de la reunión familiar. Mis papas se sorprendieron al verme dormida pero no dijeron nada más.

Yo pensaba que no me habría hecho daño, cuando a los 5 meses le digo a mi mamá que me dolía la barriga y se me había cortado la menstruación. Fuimos al médico y obviamente confirmó que estaba esperando un bebé con 5 meses de gestación.

Obvio, mis papás se querían morir, nunca me trataron mal, ¡suerte la mía! Porque supongo que a otras las echan de sus casas. No sabía qué hacer, estaba mal, lloraba todos los días. Nunca dije nada de lo ocurrido. Yo estaba de novia con un amigo mío y, al enterarme, le tuve que contar todo. Lo pasamos muy mal porque tuve que comerme la burla de que pensaran que yo era una chica fácil. Que le había engañado para tener relaciones.

Quise suicidarme, no les miento. Subí al cuarto piso de mi casa y no pude hacerlo. Desde ahí cambió todo. Mis padres me preguntaron qué me había pasado pero yo me cerré y no quise contar nada, nunca lo conté hasta años más tarde. Sólo mi papa me dijo que siguiera con la universidad porque iba a cumplir 18 años cuando día a luz. Él esperaba que nadie viniera a reclamar a mi hija. Yo le dije que nadie vendría.

Inventé muchas historias para que nadie supiera de quién era. Todos pueden criticar y decir por qué no decir la verdad, pero en ese momento sigues teniendo miedo que pase algo malo. Total, ya había sido violada y de repente, si hablaba, nadie me iba a creer. Fue difícil llevar todo esto. En la Universidad me miraban mal por estar embarazada. Eran otros tiempos, a veces me enojaba conmigo por cargar una culpa que no era mía.

Cuando nació mi hija no quería estar con ella porque me recordaba todo lo que viví ese día pero a los meses pude entender que ella, como yo, no teníamos la culpa de nada. Y si yo le hacía algo malo a ella, me estaba desquitando con ella de lo que me habían hecho a mí.

Por esa razón, cambie y empecé a verla como sólo mi hija y es mía, mis padres me ayudan hasta ahora con ella que ya tiene 18 años de edad y mañana es 7 de agosto, aún recuerdo todo pero ya no duele tanto.

Cuando veo a mi hija siento muchas cosas. Todos piensan que verle la cara supone acordarme de ese tipo que me hizo tanto daño y, como nunca hablé, él está como si nada. Pero la verdad, pude superar este dolor de ser violada por mi primo hermano y aceptar a mi hija.

Duele y duele mucho ver a tu hijo o hija reflejada en esa persona que nos hizo daño, cuesta mucho asimilarlo. Yo conté con el apoyo de mis padres, aunque eso fue más que nada material.

La decisión de quedarme con ella y no matarla fue porque ella no tenía la culpa de nada y si la mataba estaba matándome un poco a mí misma y vivir con esa culpa de matar a un bebé no era justo para ella ni para mí.

De un aborto no se puede volver, no lo puedes superar tampoco. Yo acepté mi realidad y ver a mi hija que es sólo mía y opté por la decisión valiente de tenerla a pesar de todo el dolor. No castiguen a esos bebés que no tienen la culpa».

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